lunes, 18 de junio de 2012

La pieza teatral “Si la naturaleza juzgara al Hombre…”

Video de la pieza teatral:


 Alumnos y profesor colaboramos en la escritura de esta obra. La idea fue hacer una pieza teatral sobre el juicio de la naturaleza a los humanos. Un juicio previsto por la vidente en el primer acto y celebrado en la Corte de la Reina Tierra en el segundo. Partimos de la suposición de que si la naturaleza juzgara a la humanidad las acusaciones serían terribles y el Hombre merecería el castigo más duro. Puede que la naturaleza ya nos está juzgando o castigando. ¿Quizá el desequilibrio climático es ya el castigo?
Sin embargo, la obra tiene un final feliz: no queríamos mandar un mensaje apocalíptico ni trágico, sino de esperanza.
Con los pocos medio de que disponemos, hemos tenido que hacer grandes sacrificios para preparar el decorado, el vestuario, los disfraces, etc.    A este respecto, uno de los méritos de la obra es que la mayor parte del material utilizado es reciclado.
Hemos presentado la obra en nuestro instituto, en otros dos institutos de la región y en el salón de actos de la Academia de Educación de Fez-Bouleman. Fue un todo un éxito. Lo mejor de nuestra campaña medioambiental.


Texto de la pieza teatral:
 
Personajes:
§  La Vidente
§  El Cliente
§  La Reina Tierra
§  El señor Aire
§  Gotita de Agua
§  El señor Árbol
§  El señor Pingüino
Acto 1:
(En la consulta de una vidente. Es un lugar pequeño. Una mesa bastante grande con las cartas, una lámpara y una vela encendida. La mayor parte de la decoración es de color rojo. La vidente lleva muchas pulseras, collares y anillo. Entra un cliente, un hombre joven.  La saluda y se sienta a su lado derecho. La vidente lo recibe amablemente.)

Cliente: Buenas tardes señora
Vidente: ¡Hola! ¡Buenas tardes! Pase, siéntese.
Cliente: (se sienta)
Vidente: (cogiendo las cartas) ¿Qué quería saber usted?
Cliente: Mi futuro, señora. ¿Qué será mi futuro?
Vidente: (baraja las cartas y se las da al cliente. Él las corta en tres partes). Muy bien, vamos a ver. (Sacando las cartas) Veo que la fortuna le sonríe. (Sonriendo) Se hará cada vez más rico. Veo mucha prosperidad, muchas fábricas y un progreso económico creciente e imparable. (Se bloquea y su sonrisa se esfuma) Pero…
Cliente: (Se acerca a las cartas apoyando sus codos sobre la mesa) ¿Pero qué? ¿Qué está viendo usted?
 
Vidente: Las cosas se están poniendo muy negras. Vivirá como si fuera el único ser que habita este mundo. Su progreso quebrantará las leyes de la naturaleza; explotará la tierra sin tener en cuenta las consecuencias: (gritando) inundaciones, sequías, huracanes, calentamiento global. (Con tristeza en la voz) un día, vendrá el castigo…
Cliente: Pero ¿qué castigo? No puede ser...
Vidente: (agresiva, rompe las cartas) ¡Fuera!… ¡largo de aquí! No quiero volver a verle la cara, ¡maldito hombre!


Acto 2:
(Al fondo del escenario un cielo negro, con estrellas, lunas, planetas y otros astros y satélites del espacio. En medio del escenario está el trono de la Reina Tierra. Alrededor están esperándola, el Señor Aire, la Gotita de Agua, el Señor Árbol y el Señor Pingüino. Al lado, está un hombre atado.)
Entra la Reina Tierra, se sienta solemnemente en su trono y se dirige a su corte:          

 
:
¡Señores! os he reunido hoy aquí, en mi corte, para celebrar un juicio, a raíz de las múltiples denuncias que he recibido de vuestra parte. El acusado es el Hombre. Las acusaciones son múltiples y graves; se acusa al hombre de llevar a cabo un sistemático genocidio contra diferentes especies.
Doy la palabra al señor aire para exponer la primera de las acusaciones.
El señor Aire: (levantando y abriendo los brazos) He experimentado grandes cambios, sobre todo alrededor de las ciudades. (Señalando al Hombre con el dedo) Por culpa del hombre he dejado de ser puro y limpio. El hombre me ha intoxicado con el humo de los automóviles y de las industrias. Esta situación resulta muy perjudicial para mí y para todos los seres vivos que me hacen compañía en este mundo. Como consecuencia de estas crueldades, la atmósfera se recalienta provocando desequilibrios en la vida (Como asfixiado).  
Como veis nos encontramos en una situación desesperada y todo es por culpa del hombre. (Le sopla en plena cara al Hombre al Hombre con tanta fuerza que éste pierde su equilibrio)

La Reina Tierra: A continuación, tiene la palabra la Gotita de agua para exponer las acusaciones que tiene contra el hombre.
Gotita de Agua: (moviendo su cuerpo como las olas) Pues, las aguas de la tierra tampoco estamos mejor. Los ríos, lagos y mares estamos sufriendo las consecuencias de la actividad humana. El hombre siempre nos ha considerado como vertedero habitual y nos ha intoxicado con sus barcos petrolíferos y con sus múltiples residuos: pesticidas, desechos químicos, metales pesados, residuos radioactivos, etc.
(Abatida) La situación es alarmante porque estos residuos son dañinos para la vida animal y vegetal. Otro crimen cometido por el hombre es la contaminación termal. Las grandes fábricas eléctricas nos han utilizado como refrigerantes, lo que nos subió la fiebre. De seguir así, la salud de las aguas corre el riesgo de quedar dañada para siempre. El tiempo se acaba y si las aguas se pierden la vida desaparecerá. (Mirando a la Reina Tierra y al acusado) Hay que poner fin a estas atrocidades antes de que sea tarde.
La Reina Tierra: También he recibido acusaciones contra el hombre por parte de árboles y plantas. De eso nos hablará el señor Árbol.
El señor árbol: El mayor daño que nos ha infligido el hombre ha sido la desforestación. Miles de hectáreas de bosques se destruyen anualmente. Cada dos segundos son talados o quemados el equivalente a la superficie de un campo de fútbol.  La invasión de las ciudades, los campos, las fábricas y las carreteras ha ido acompañada de la destrucción y degradación de bosques. Nuestra degradación ha producido la erosión del suelo, que a su vez favorece las inundaciones y sequías y reduce la biodiversidad.
Por todo eso, (dirigiéndose al acusado) el hombre se merece el juicio máximo que su majestad pueda imponer.
La Reina Tierra: Al final, y en nombre de los animales nos hablará el señor Pingüino.

El señor Pingüino: El hombre, en su infinita arrogancia, ha llegado a convertir a la misma palabra "animal" en insulto, negando su propia condición animal y su parentesco con el resto de la fauna terrestre.
(Gritando en la cara del Hombre) ¡Cerdo! ¡Hijo de perra! ¡Bicho! ¡Víbora! ¡Burro! ¡Rata!¡Cabrón! y una larga lista de insultos que llenan los diccionarios y calumnian nuestro reino animal.
Además de estas calumnias, los humanos han capturado, domado y esclavizado a miles de millones de seres animales, forzados a trabajar en el transporte, los cultivos, la caza, la guerra y el entretenimiento. A otros les encierran para extraerles sus huevos o su leche materna, o incluso para luego matarles por su carne o sus pieles. Últimamente se han cometido atrocidades aun mayores en el nombre de lo que llaman "la ciencia", torturas crueles en lugares secretos denominados "laboratorios".
En muchos casos se han llevado a cabo auténticas campañas de exterminio contra ciertas especies, empleando pesticidas, cepos, armas de fuego y otros mortíferos ingenios humanos. El resultado es una extinción masiva como la que acabó con los dinosaurios hace sesenta y cinco millones de primaveras.
La Reina Tierra: según lo que acabo de oír, el daño del Hombre nos ha afectado a todos. ¿Entonces? ¿Qué castigo veis que  se merece el hombre por estos crímenes?
El señor Pingüino: Para estas atrocidades sólo existe una sanción posible: la extinción preventiva del Hombre.
El señor Aire: Sí, ¿por qué no lo condenamos a la horca? Al morir estrangulado sentirá la importancia del aire.
Gotita de Agua: No, mejor arrojarlo al mar. Es el castigo que se merece.
El Señor Árbol: Ni hablar, el mejor castigo será condenarlo a la hoguera, quemarlo como ha quemado miles de millones de árboles.
La Reina Tierra: ¡Señores! Antes de decidir la condena, sería justo escuchar al acusado (se dirige al Hombre) Díganos señor, ¿Qué hay de cierto en las acusaciones que le han dirigido?
El Hombre: ¡Majestad! Reconozco todos mis errores. Siempre he estado pensando en cosas nuevas sin pensar en lo que voy dejando atrás a mi paso. He olvidado que “no sirve de nada correr a toda prisa si no sabes a dónde vas”.
Merecería cualquier castigo que me impusiesen. Pero (llorando) ¿Qué va a pasar con los niños? Ellos no tienen la culpa de nuestros errores. ¿Les vamos a negar el derecho al futuro y a la vida?

Por otra parte, de mis hermanos, cada vez hay más ecologistas que defienden su reino.
Majestad, les ruego darme una última oportunidad. Le prometo que cambiaré y que rectificaré mi conducta.

(La Reina hace una señal a su corte para que se acerquen, permanece consultándolos un buen rato y al final les manda desatar al acusado.)
TELÓN




 

4 comentarios:

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

…He aprendido
a huir de ti
como quien huye
al hacerlo de si mismo.
Has hecho que echen
pasos a mi sombra
y ahora ella debe
ir más aprisa
por alcanzarte.
Justo hasta la maceta
donde me regalas
tu tiempo y el mío
en clave de clavel.
Refunfuños que arañan
orla del cristal
al verse atrapado,
entre las cuerdas tal
ademán liando espías.
Un mensaje traje
quédate y si me ves
date tu la vuelta
quien te lo dice
quien ya vio
ve que vas vela
de tí ...y de nadie más...



Saludos ELE desde mis HORAS ROTAS Y AULA DE PAZ , con todo mi afecto
venturosos 2013.


j.r.s.




maria jose dijo...

me encanta :)

Unknown dijo...

Hola a todos y felicidades por llevar este mensaje a la humanidad,que tanta falta hace concientizar de lo que estamos dejando a las futuras generaciones...

Unknown dijo...

bts

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